RENOVACIÓN CRISTIANA CATÓLICA EN EL ESPÍRITU SANTO

La Renovación Cristiana Católica en el Espíritu Santo (RCCES) fue suscitada por Dios en el año de 1967, pero fue hasta 1990, aproximadamente, que se inició la visión común.

OBJETIVO.-

La RCCES es un movimiento espiritual formado en su mayoría por laicos, pero siempre bajo la asesoría de la jerarquía eclesial.  Su naturaleza primordial es la Oración y su objetivo es el tener una experiencia con el Dios vivo, haciendo en la persona una conversión profunda por la acción y gracia del Espíritu Santo, que se manifieste en frutos.

 

MEDIOS.-

Para lograr este objetivo se cuenta con cuatro medios que son los siguientes;

U           La asamblea de Oración.

U           Crecimientos.

U           Grupos de Oración.

U           Evangelización fundamental.

 

MINISTERIOS.-

Para su buen funcionamiento, Renovación ha debido organizarse para participar en la naturaleza de la Iglesia, siendo las Asambleas de Oración, el vehículo natural de la RCCES, pues en éste, se desempeñan los cinco ministerios propios y básicos de la misma, que son los siguientes:

U           Animadores de Asamblea.

U           Ministerio de canto y música.

U           Formación básica (Crecimientos).

U           Evangelización fundamental (Cursos de Iniciación).

U           Grupos de Oración.

Cada ministerio cuenta con su coordinador, mismos que forman el consejo de la comunidad.

 

Rodríguez R.  (1993).  II Junta de trabajo:  Jóvenes líderes de la RCCES.  Zona Pastoral Noroeste.  Nogales, Sonora.

 

JESÚS ES EL SEÑOR.

 

Somos Personas que hemos empezado a experimentar la salvación y el señorío de Jesús en nuestras vidas, de lo cual nos sentimos felices y deseamos compartirlo con todos.

Jesús nos trajo un mensaje que podemos resumir en cuatro verdades básicas, que son las siguientes:

 

1ª Dios nos ama.-

Él quiere que nuestra vida sea plena y feliz (Jn. 10, 10).

Todo lo que nos rodea, el Universo entero, nos habla del amor de Dios.

La prueba más grande de ese amor que Dios nos tiene, es que nos mandó a su Hijo (Jn. 3, 16).

 

2ª Somos pecadores.

El hombre es pecador, por el pecado se separa de Dios y no puede conocer su amor, ni compartirlo con los demás.  Es posible alcanzar la felicidad si nuestra vida tiene un cambio de dirección, que solamente Dios puede realizar (Rom. 3, 23).

 

3ª Jesús vino a salvarnos.

Ese cambio de vida que necesitamos, se realiza en nosotros a través de Cristo.  Dios nos ama tanto, que envió a su Hijo para rescatarnos y hacernos nuevamente sus hijos.

 

4ª Al aceptar a Jesús como Señor y Salvador de nuestras vidas recibiremos el don del Espíritu.

Muchos conocen a Jesús, pero no es Él, el centro de su vida.  Es necesario saber en dónde está Jesús en nuestra vida, para colocarlo en el lugar que le corresponde.

 

 

UN NUEVO PENTECOSTÉS.

En nuestros días estamos siendo testigos de una nueva efusión del Espíritu que, como un nuevo Pentecostés, actúa en nosotros.

Hemos visto que alrededor de nosotros hay:

U           Cambios profundos en las vidas.

U           Dios se hace real cuando lo invocamos.

U           Gusto especial por la Palabra del Señor.

U           Valor para hablar del Señor.

U           Nueva vida compartida con los hermanos.

U           Aparecen los carismas del Espíritu. (1 Cor. 12, 4-11).

U           Se desarrollan los frutos.  (Gál. 5, 22).

 

Comunidad de San Juan Bautista.  (1986).  Renovación Cristiana en el Espíritu Santo:  Iniciación.  México, D. F.


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